Libro Al Corazon Que Venza PDF
Y por un momento, por un momento, tal vez, por el árbol, cree centenario, su cara más dulce cayó. Y el pie continuo milagro en la tierra sin armas. Y el llanto de aire y tiras y luego se duerme y ternura arrebuja heridas en la cara. Y una vaga conciencia de ver la puesta del sol del día sin una sombra de un reproche.
Guillermo Lopez Lacomba