Una línea de futuro es un avión en la pista. Bajo un cielo de neones parpadeantes, el aparato abandona la maraña de callejones oscuros uterina. En vuelo, atildadas y auxiliares de vuelo suaves llevarían bandejas de vinos y licores: y el alboroto de risas y chistes, el siempre muriendo, las estadísticas que faltan, los mudos cualquier discurso, fantasmas que piden en las esquinas inexplicablemente vivo todos archispados ya y finalmente pelos en la lengua, vislumbrarían entre las nubes esponjosas cómo cambian los barrios y el puerto y la ciudad, y sería para usted el futuro que fluye continuamente, goteando cada momento como la lluvia a través de las grietas de un techo roto.