El 23 de marzo de 1766, antes de la chusma amotinada que rodea su palacio gritando "Viva el Rey, Die Esquilache!" Carlos III se enfrenta a un gesto de lealtad, paradójicamente, se convierten en una amenaza. Lo contemplado antes de que son los límites de un proyecto político y de disciplina, la creación de nuevos modelos de subjetividad, que aspira a ser una moderna "gente" que corresponde a un nuevo modelo de nación. El intento de dar forma a una "multitud" impredecible y caótico se enfrenta a su propia resistencia a convertirse en un cómplice del Estado. Este libro aborda la negociación y confrontación entre diferentes concepciones del sujeto y personas, procesos que no fueron recogidos sólo en el espacio sino también explícitamente política artística. pintura de Tiepolo, Mengs y Goya; teatro Moratín, García de la Huerta o Ramón de la Cruz; el trabajo de los emergentes "formadores de opinión", como Feijoo o Torres Villarroel eran múltiples espacios en los que no sólo el contexto retratado en crisis, sino también las áreas donde los modelos de subjetividad se formaron en los lectores y espectadores cuyos placeres artísticos estaban fuera de su carácter de ciudadanos, sujetos o rebeldes .