La voluntad del monarca Sancho Garcés III de Pamplona, el año 1035 fue el origen de la creación de dos reinos principales en los tiempos medievales de la Península Ibérica: Aragón y Castilla. Uno de sus nietos, Sancho Ramírez, fue rey de los aragoneses y desde 1076 también llegó a ser gobernador de los pamploneses. Con la combinación de ambos reinos, que duró hasta 1134. Destacó Sancho Ramírez en sus relaciones internacionales y las innovaciones introducidas en Aragón y Navarra, lo que representó una renovación de las estructuras económicas y sociales legales, la iglesia y el gobierno comenzaron, cultural y artística, así como la ampliación de sus dominios a expensas de la Taifa islámica debilitado ubicado al sur de sus territorios. Este rey se debe, entre otras cosas, el alojamiento de la Iglesia a los lineamientos que se siguieron en el resto de Europa. Era, por otra parte, y se ha reconocido, una de las personalidades que hicieron la consolidación del camino de Santiago, y el alma de una nueva legislación que asumir que surgió fenómeno urbano en diversos lugares como Aragón o Navarra Estella Jaca. Los cambios que se experimentaron en sus dominios, especialmente en el último tercio del siglo XI, permitió a su muerte en 1094, sus hijos y sucesores, especialmente Alfonso I Batallador- podía controlar la mayor parte del valle del Ebro.