Eduardo Halfon: Todos sus libros


  • Mañana Nunca Lo Hablamos

    Mañana Nunca Lo Hablamos

    Todo niño tiene sus puertas de salida. A lo largo de la infancia hay momentos o episodios ORA magnánima rezar, prolijo, rezan fugaz breve y que son tan estrechos pórticos a la grandeza del futuro. La cruzada con pasos inocentes, llenos de impulso y la curiosidad, y luego lograr la comprensión, por supuesto, que tales pasos de bebé precarias son irrevocables, que no puede ser revertida. A veces pienso que es por eso que escribo. Para tratar de volver a mi niñez en Guatemala de los años setenta turbulentos. Para poner la tinta en mi recuerdo de la infancia para encontrar allí los momentos y episodios que eran mis puertas de salida. Para volver sobre mis pasos hacia atrás niño y caminar en esos marcos estrechos y así tal vez ahora en un puñado de páginas, y a través del prisma nebuloso de la memoria y la ficción, parpadea recuperar mi paraíso perdido. Eduardo Halfon

  • La Pirueta

    La Pirueta

    XIV galardonado con el Premio Novela Corta José María de Pereda, esta obra es insondable y prohibió la historia de un pianista serbio, contada por alguien llamado Eduardo Halfon. Pero también es la historia de una odisea balcánica, obsesión por un músico de jazz, una persecución misteriosa y erótica, cómo esa historia se escapa por primera vez de las fronteras de cualquier amistad, luego más allá de los límites de cualquier historia y finalmente encuentra su camino a estos Páginas. "En esta estrecha franja de tierra que conecta como puede la poderosa literatura norteamericana y sudamericana este excelente escritor guatemalteco surge, letraherido claramente, y que se atreve a recomendar en tiempos de crisis". Javier Goñi, Mercury Magazine Libros.

  • Elocuencias De Un Tartamudo

    Elocuencias De Un Tartamudo

    Hace años leí sobre un programa que Paul Auster tenía en la red de radio pública estadounidense, NPR, llamado "The National Story Project". Auster ventiló la primera noche y pidió a los oyentes americanos para enviar sus historias. Las únicas dos condiciones, les dijo, eran que fueran verdaderas y cortas. Lo que más le interesaba, decían, eran "historias que desafiarían nuestras expectativas del mundo, anécdotas que revelan esas fuerzas misteriosas y desconocidas que influyen en nuestras vidas, en nuestras historias familiares, en nuestras mentes y cuerpos, en nuestras almas. Historias que parecen ficción ". Se me ocurrió, entonces, una variante de la misma idea: convertirse en una especie de narrador de otros. Tal como lo haría un reportero o un periodista, estaría atento a las historias que la gente me contó, historias que parecen banales, inocuas, pequeñas e insignificantes. Y lo hice a lo largo de 2009. Busco y cuento historias de otros, historias que coleccionaba en Guatemala, México, Iowa City, La Habana, La Rioja, Ginebra ?? Así como alguien, medio perdido, recoge piedras, pétalos o pan rallado. Algunos me gritaban, otros me susurraban, otros tartamudeaban, pero siempre, cada uno, con su propia elocuencia.