En la primera historia, Angela prepara un regalo para Kevin, pero sus odiosos hermanos se asegurarán de que Kevin no quiera volver a hablar con ella. En el segundo, Cloe pide a Angela que vigile el fin de semana de Pelusín, su conejo, sin saber que los hermanos de Angela harían cualquier cosa para molestar a su hermana, como convertir a Pelusín en un conejo de circo. En la tercera historia, Granny Chambar lleva a los tres hermanos de vacaciones. Afortunadamente, mientras los chicos hacen nuevos amigos, Abuelita y Angela apuntan a un concurso de talentos.
Mi nombre es Cecilia y tengo un bebé. Su nombre es alemán, él es mi hermanito. No sé si usted ha notado la cantidad de espacio ocupado por los bebés en la vida. ¡Alucinante! Y no sólo en la vida, en el maletero del coche también. Este año, cuando papá llevaba la cama plegable, el cochecito, el urinario, los pañales y la mesa de cambio del señor Germán ... ¡pensé que no había lugar para nosotros! Y las vacaciones apenas han comenzado!
Mi nombre es Cecilia y tengo un hermanito, Germán. Normalmente se comporta bien. Pero no siempre. Depende del día. En cualquier caso, me obedece menos que a mis padres. A veces, ni siquiera acepta los juegos que decido. El otro día me puse mi bata, tomé los guantes para lavar los platos, los estuches del equipo de música ... - ¿Se filma, "Cilia"? Me preguntó Germán. -¡De ninguna manera! ¡Es usted quien está enfermo! ¡Soy la Dra. Cecilia! ...
Angela odia a sus hermanos para llamarla Angelina Purpurina. Ella también está cansada de no dejarla sola y ser el blanco de su ridículo, ¡pero se acabó! Ahora es tu turno y encontrarás una manera de hacerles pagar cada una de sus bromas.
Angela odia a sus hermanos para llamarla Angelina Purpurina. Ella también está cansada de no dejarla sola y ser el blanco de su ridículo, ¡pero se acabó! Ahora es tu turno y encontrarás una manera de hacerles pagar cada una de sus bromas.
Angela odia a sus hermanos para llamarla Angelina Purpurina. Ella también está cansada de no dejarla sola y ser el blanco de su ridículo, ¡pero se acabó! Ahora es tu turno y encontrarás una manera de hacerles pagar cada una de sus bromas.