Ser habladores reflexivos y respetuosos no basta para conocer un idioma. También debemos saber cuándo hablar y cuándo callar; Cómo tomar (y dejar) la palabra; Qué elementos verbales y no verbales favorecen la escucha activa; Cómo adaptar nuestros usos contexto lingüístico en el que vivimos y nuestra intención comunicativa; Cómo salir de la incomprensión y los hablantes reflexivos y respetuosos malentendidos.Ser implica, también y sobre todo, ser sensible a los usos discriminatorios del lenguaje y los abusos de poder a través de la palabra. Porque aprender a discrepar sin lastimar, sin alabanza aduladora, consejo sin ofender, sin coaccionar invitar, ordenar sin humillar? No es tarea fácil. Y aunque dicen que aprenden a hablar sobre la marcha, estas páginas de apuestas en una pedagogía de la conversación ?? ?? En las aulas de la escuela secundaria.
Se nos recuerda la existencia de libros que van más allá de los programas escolares; Libros excelentes con los cuales los muchachos y las muchachas podrían entablar un diálogo fructífero.