Si los niños y los jóvenes sufren de problemas psíquicos, disfunciones alimentarias u otros trastornos del comportamiento, probablemente hay algo en su mente que se desestabiliza, en desorden. La solución a este problema a menudo no se resuelve hasta que, en medio de la adolescencia, se enfrentan y se acercan desde un plano profundo y desconocido. En muchos casos tomado como ejemplo, Ingrid Dykstra demuestra que las Constelaciones Familiares son un buen medio para colocar a los niños y jóvenes en esta perspectiva.