Los bombardeos que devastaron las ciudades y pueblos de Alemania durante cinco años en la Segunda Guerra Mundial no tienen paralelo en la historia. Más de un millar de ciudades y pueblos fueron bombardeados. Treinta millones de civiles, la mayoría mujeres, niños y ancianos sufrieron casi un millón de toneladas de bombas incendiarias y explosivas. Ellos mataron a más de un millón de personas y se perdió para siempre, el patrimonio urbano alemán, el modelado desde la Edad Media. Hasta hoy, ningún relato histórico había ofrecido una cuenta de la verdadera dimensión de los hechos y el destino real de las víctimas.