La vida como un viaje y un viaje como metáfora de la vida son construcciones simbólicas de gran actuación en la literatura de la Ilíada, cuyas referencias este libro no esconde. De la escritura hecha viva a la vida sentía como se muestra la escritura El mar o la impostura que, con su tono narrativo, culmina el período más simbólico de la poesía de Jorge Urrutia.
Un contemplador, con la frialdad de la distancia, vigila la existencia del viajero y describe, desde la tercera persona, más teóricamente narrativa, su renovado descubrimiento de objetos, de sentimientos y de sí mismo. Una aventura lírica emocionante, serena y precisa.