El REY ACEQUIA era el cordón umbilical que nutre la vida de siete siglos, la fortaleza de la Alhambra, sus jardines y sus jardines. Su fluido tuvo éxito en la transformación de las colinas del desierto tórridos y exuberantes bosques y exuberante en los huertos, que recrea una especie de oasis o paraíso de agua a una altura que siempre sorprendidos visitantes. Su agua, a veces saltando y riendo, a veces retenido en estanques, piscinas o estanques, sublimada partes de los palacios de la Alhambra y refinado en trance los sentidos, con lo que la frescura, aromas, música y reflexiones, que Morganas especie de vidente, magnificado el alcázar. Pero aún más, esta zanja, en su tramo final, regado con muchos cármenes, puntos de vista favorecidos en la Vega y la Sierra Nevada, suspendido en las zonas más altas de las colinas de la Asabica, el Ahabul y Mauror. Antes de la especulación y el abandono finalmente terminan su memoria, este libro pretende, con mayor rigor científico, registro histórico de lo que fue su diseño, sus instituciones, sus ordenanzas, funcionarios y beneficiarios, dando paso a otro trabajo que han hecho para recuperar la memoria de su pasado esplendor.
Pocas figuras históricas han llamado mucho la atención de los historiadores y han sido tan profundamente analizado por la historiografía antigua y moderna como Carlos V. Sin embargo, todavía hay algunas áreas mal tratados relacionados con su calidad: sus enfermedades y accidentes, junto con su convalecencia y sus remedios; sus relaciones familiares, a la vez romántica conseguido con su esposa, tomada como menos íntima con sus hijos, hermanos y otros parientes cercanos; sus sentimientos ante el triunfo y la derrota; su comprensión de los amigos y enemigos; su visión del Estado y el poder ...