Louis Jean Calvet: Todos sus libros


  • Historia De La Escritura: De Mesopotamia Hasta Nuestros Dias

    Historia De La Escritura: De Mesopotamia Hasta Nuestros Dias

    Historia de la Escritura es un libro hecho con rigor y claridad, e ilustrado con numerosos gráficos y ejemplos, nos lleva al núcleo de una de las aventuras humanas más prodigiosos: los hombres prehistóricos escritura.Desde registraron sus deseos, sueños y creencias acerca de todos los tipos de formas, tales como las "manos negativas" descubiertos en unas cuevas en las costas provenzales.La que escriben en el sentido moderno del término, apareció alrededor de 4500 aC en Mesopotamia, aproximadamente el mismo momento en que surgieron las ciudades y las necesidades administrativas, dos de las principales condiciones que motivaron su desarrollo.Louis-Jean Calvet es un profesor de la sociolingüística en la Universidad de laSorbona. Ha realizado numerosas investigaciones sobre el terreno en todo el mundo. Autor de más de veinte títulos, habla varios idiomas y leído muchos guiones diferentes.

  • Roland Barthes: Una Biografia: La Desaparicion Del Cuerpo En La E Scritura

    Roland Barthes: Una Biografia: La Desaparicion Del Cuerpo En La E Scritura

    La vida y el pensamiento de Roland Barthes se caracterizan por un intenso intercambio de experiencias e ideas con representantes de todas las disciplinas. Por esta razón, Louis-Jean Calvet recurrió a la exitosa reconstrucción de la carrera de Barthes a testimonios de figuras tan diversas y relevantes como François Mitterrand, Claude Lévi-Strauss y Philippe Sollers. La obra de Barthes es multifacética, pero dentro de sus múltiples dimensiones tiene una última unidad inequívoca: la mirada que no se rinde a la complejidad de la realidad contemporánea. Discreto y celoso de su intimidad, Roland Barthes vivió durante muchos años en Rumania y Egipto, pero la verdadera aventura de su vida es su trabajo y su enseñanza en el París de los años sesenta y setenta. Entre el silencio de su escritorio y la calma tensa de las aulas llenas de estudiantes sedientos de nuevas perspectivas, maduraron sus teorías y sus textos. Con su espíritu profundamente urbano, necesitaba estar en medio de los procesos socioculturales que estaba descifrando leyendo los signos de la realidad día a día. Y así murió. Como esos fenómenos descritos por él mismo, que nacen y mueren en las olas de los movimientos de la gran ciudad, un día Barthes fue atropellado por una furgoneta. Su rostro se borró y le llevó mucho tiempo reconocer su identidad.