Paco Perez Valencia: Todos sus libros


  • Tener Un Buen Plan: La Hoja De Ruta De Toda Coleccion: El Plan Mu Seologico

    Tener Un Buen Plan: La Hoja De Ruta De Toda Coleccion: El Plan Mu Seologico

    Los museos tendrán que encontrar nuevas formas de experimentar el arte, nuevas y arriesgadas formas de promover el atractivo de sus colecciones. Este es el momento de las ideas, el momento de tomar riesgos para nuevos objetivos, porque hay grandes desafíos por delante que el mundo del arte no es extraño, no puede ignorar. Usted necesita tener un buen plan. Como buenas películas, es esencial planificar las cosas que van a hacer y cómo hacerlas, idear cada paso, medir los peligros y generar acción incluso proporcionar un plan B. Ahora, más que nunca, es un posicionamiento imperativo. El plan de colección del museo es su hoja de ruta, que le da personalidad y entidad. Este desarrollo debe ser anticipado y tener suficiente flexibilidad para transmutar la tasa a la que cambian su entorno y la vida misma. Las colecciones de arte no se establecen en proyectos de piedra. Este trabajo propone acción y aventura en un mundo hostil, ya que es el ambiente del museo, tan poco enamorado de los cambios. Busque en el paisaje cambiante de la cultura contemporánea el más apasionado de nuestro trabajo para fomentar el interés de los espectadores en el lado del encuentro, la sorpresa y la incertidumbre. Si creemos que una colección de arte es un hecho seguro y restringido, estaremos equivocados.

  • La Insurreccion Expositiva

    La Insurreccion Expositiva

    Aunque su poder de atracción permanece intacto, la exposición es ahora un vehículo entumecido por la corrección, donde el espectador suele sufrir el "mal del visitante del museo", es decir, el aburrimiento. Todo ha cambiado. El entorno de la exposición ha sufrido una transformación real en los últimos veinticinco años. Su puesta en escena ha recibido muchas innovaciones con la aportación de recursos creativos y tecnológicos, con desinhibición en la puesta en escena de objetos, integrándolos en el espacio o descontextualizándolos radicalmente, destacando aquellos o el lugar que los recoge, buscando lecturas múltiples y vistas transversales . La exposición ha superado los límites impuestos por el espacio museográfico ortodoxo hasta su liberación, y el público, profesional o no, demanda tales acontecimientos. Hablamos del hombre contemporáneo y seguimos trabajando para el espectador del siglo XIX. Es una paradoja absurda. La exposición se trivializa tan pronto como la ofrecemos, ya que creemos que será aplaudida por el público (contenido y forma). El riesgo es incómodo para la opinión, y es precisamente el factor más probable encontrar las fórmulas para romper con tanto aburrimiento. La museografía defendida en este tratado (que ha aportado tanto la experiencia práctica del montaje expositor de su autor como su propia actividad didáctica) es aquella que, desde el mayor respeto por la obra y su entorno, aspira a generar preguntas para los espíritus inquietos , No dar respuestas a espectadores pasivos.