Slawomir Mrozek: Todos sus libros


  • Dos Cartas

    Dos Cartas

    Slawomir Mrozek es un autor de culto en Polonia, donde sus obras se representan siempre con gran éxito. Pero es también uno de los maestros indiscutibles de la historia corta, con una amplia capa de devotos y entusiastas lectores. Tan corrosivo como el ácido, Mrozek actúa con toda seriedad sobre el mundo, evitando sin embargo la solemnidad: siempre brillantes, a medio camino entre la ironía y el sarcasmo, nos muestra, con humor afilado, una realidad con pinchos por contradicciones y absurdo.

  • Baltasar

    Baltasar

    "Mi nombre es Slawomir Mrozek, pero debido a las circunstancias que ocurrieron en mi vida hace cuatro años, mi nuevo apodo será mucho más corto: Baltasar "Con estas palabras, el autor comienza su autobiografía cuando, después de un golpe, sufrió la afasia y la pérdida de. la capacidad de escribir. Alentados por sus médicos, comenzó la memoria de su vida para volver a descubrir su voz e identidad. el resultado es una autobiografía inusual centrándose en su infancia y primera juventud, llena de humor y de la humanidad. a través de ella se descubre la increíble el destino de un niño que terminó por convertirse en un clásico en la vida y unode los aspectos más destacados de sus sátiras tiempo.

  • La Vida Para Principiantes

    La Vida Para Principiantes

    "El sentido de la vida es la vida misma", dijo Goethe, pero hoy en día esta frase no es útil. Sin embargo Mrozek nunca nos deja en la estacada. ¿Quién es este libro asome, y encuentran la orientación, la comodidad, la experiencia, los medios de vida y fuente de alegría.

  • El Elefante

    El Elefante

    La eficacia satírica de Mrozek, que le ha hecho una figura venerada en su Polonia natal (así como en muchos otros países en los que su obra ha sido traducida), es de tal magnitud que se ha considerado, incluso a su pesar, referencia ineludible. Con un humor conmovedor, cercano a veces a la tontería jocosa, siempre muy fina ya veces definitivamente poética, mantiene en el lector, vivo y sin grandiloquencia, una sonrisa que a menudo brota de risa franca, en la que siempre palpita la fuerza vital de la libertad.