En el volumen, la arquitectura no es simplemente considerada como una obra de arte ni como un modelo de pura construcción racional. Este ensayo resta de la arquitectura las reapropiaciones filosóficas y políticas que describen la irreductible experiencia del espacio al que nos lleva, sin regresión posible. Porque el espacio comparte nuestra existencia - subjetiva o colectiva - de tal manera que nunca es totalmente propia o totalmente ajena. El trabajo arquitectónico nunca es un objeto.