Las historias contenidas en Nuestra Casa son Auschwitz no difieren de otros textos documentales sobre los campos de la muerte. Escrito en la inmediata posguerra de la culpabilidad del sobreviviente - el narrador es siempre un prisionero privilegiado, que no vive en condiciones de hacinamiento insoportable -, hay pasmosos episodios cotidianos impasibles de la vida en el campo: la llegada de trenes, la descarga de El tráfico a la cámara de gas, la brutalidad estandarizada de guardianes y prisioneros, la necesidad de acostumbrarse a la atrocidad como parte del cotidiano si se ha decidido, a pesar de todo, seguir viviendo. "Las historias del polaco Tadeusz Borowski son clásicos dentro de la literatura del Holocausto.La selección que se presenta es representativa y ricamente muestra el talento literario de este malogrado escritor", Luis Fernando Moreno Claros, El País. Inquebrantable, a veces violento y cínico de sarcástico humor negro, Borowski [...] expresa la más abismal degeneración y colapso de valores entre los prisioneros del campo ", Mercedes Monmany, Letras Libres.