No soy mi cuerpo. Lo vivo. Está enfermo, pero mi alma está sana. Yo soy mi espíritu, que es fuerte. El sufrimiento puede convertirse en mi fuerza. Ulla-Carin Lindquist, hasta 2003, tuvo una vida acelerada en la que combinó su excelente trabajo como presentadora en la televisión sueca con una buena vida familiar junto con su esposo y cuatro hijos. De repente, ese mismo año, a punto de cumplir cincuenta años, le diagnosticaron una enfermedad terminal y todo su mundo se derrumbó. Tenía, esperanzadamente, un año para vivir. Durante ese tiempo, cuando la esclerosis lateral amiotrófica (ALS) eliminó gradualmente su voz y su movilidad, Ulla-Carin Lindquist comenzó a escribir y grabar lo que es ahora este libro. Sus temores, sus frustraciones, sus momentos de angustia, pero también sus momentos de alegría inesperada e intensidad enorme. La historia inolvidable de una mujer que vivió su vida con amor, con toda la generosidad de una madre es capaz, y con la grandeza de alguien que sabía salir con integridad.